Productos veganos, 100% naturales y artesanales, libres de crueldad animal, elaborados a base de plantas. Ecológicos, sustentables y biodegradables.

Sus principales productos están englobados en la biocosmética, cosmética natural, cuidado para el cabello, higiene personal, cuidado facial y del cuerpo. El shampoo sólido es uno de los favoritos de los consumidores. También se destacan sus productos hidratantes y terapéuticos.

Si bien Florencia Pereira es Licenciada en Turismo y Hotelería, en el 2019 le dió un giro a su vida y comenzó a dedicarse de lleno a su proyecto personal. «La historia de Angie Ferrazzini me inspiró, ver cómo dejó su trabajo convencional y se embarcó en el emprendedurismo para darle nacimiento a Sabe la Tierra«, nos cuenta Florencia.

Hace muchos años que le apasiona la cosmética natural y buscando alternativas para su piel sensible e intolerante a los químicos, comenzó a capacitarse como hobbie en fitomedicina, cosmética natural, fitoterapias, aromaterapia. De a poquito empezó a experimentar y a hacer sus propias ideas y productos. Todo se dio como una pequeña bola de nieve, los que probaban sus productos les gustaba y en el boca a boca se fue dando todo.

Y fue en abril del 2019 que tuvo que tomar la decisión de continuar con un trabajo diferente bajo relación de dependencia, o dejar todo y dedicarse de lleno a este proyecto personal que era lo que le gustaba y quería. Y con el apoyo de su familia, se embarcó económica y emocionalmente en darle vida a Alquimia Naturista.

Hoy ya tiene más de 40 productos. Cada uno de ellos está formulado y elaborado desde cero, tiene su diseño, su propio envase, su etiqueta, todo muy pensado, formulado y elaborado. «Le damos mucha importancia a todo el proceso y a que sean 100% naturales. También nos ofrecemos como punto de recolección de los envases vacíos para reciclarlos, todo lo que ayude al cuidado del planeta nos interesa».

En septiembre del 2019 llegó a Sabe la Tierra. «Fue realmente una gran oportunidad para mi emprendimiento, me sentí escuchada y sentí que creyeron en lo que yo hacía, además hacía años que los conocía y sentía que mi proyecto era 100% acorde a su filosofía y sus valores. A partir de ahí se me abrieron las puertas a mucha gente, pude mostrar y compartir lo que yo hago, explicar personalmente en un contacto directo con el consumidor qué hago, cómo lo hago y para qué lo hago. Hoy formamos una familia y realmente le doy las gracias a Sabe la Tierra porque el empezar a estar ahí cambió mi vida y la de mi emprendimiento!», finaliza Florencia.